(COOPERAR).- Más allá de los credos y tradiciones políticas de quienes lo integran, el movimiento cooperativo ha sostenido desde sus orígenes su compromiso con la paz, objetivo y medio para la construcción de una sociedad cimentada en los valores de la democracia y la solidaridad.
Como ha manifestado la Alianza Cooperativa Internacional: "Las cooperativas se basan en un conjunto de valores y principios concebidos para promover la causa de la paz. Los valores de solidaridad, democracia e igualdad han ayudado a millones de personas de todo el mundo a promover la armonía social a través de un futuro económico más seguro. Las cooperativas desempeñan su función contribuyendo a resolver los problemas que desembocan en conflictos. Estos conflictos derivan de la necesidad de lograr estabilidad económica mediante un empleo seguro o una vivienda asequible, el acceso al crédito o a los productos de consumo, el seguro o los mercados o la satisfacción de una multitud de necesidades. Las cooperativas aseguran que las personas tengan alternativas auténticas a los fallos de los mercados o de los gobiernos, con lo que ayudan a ofrecer estructuras que ocupan y hacen participar a las personas. Las cooperativas abren un camino de inclusión, no de exclusión, y ofrecen a las personas la capacidad de auto-ayuda contribuyendo así a eliminar muchas de las condiciones que pueden acabar en un conflicto dentro de las comunidades y entre ellas".
Hacemos un particular llamamiento en dicho sentido al cooperativismo hermano del pueblo de los Estados Unidos de América, que seguramente harán honor a la tradición que han sabido sembrar con dirigentes de la calidad humana de James Peter Warbasse, primer presidente de la Liga Cooperativa de América, y autor de "Paz Cooperativa", un texto que ha sabido formar a generaciones de cooperativistas en el mundo, y que en Argentina, fue el primer libro editado por nuestra editora cooperativa, Intercoop, en el año 1957.
La paz requiere una construcción diaria y sostenida, como los cooperativistas lo estamos realizando en todo el planeta. Pero hay ocasiones que es necesario alzar la voz para defenderla. Esta es la oportunidad. Que el grito por la paz de todos los hombres y mujeres de buena voluntad del mundo sea escuchado por quienes hoy tiene la responsabilidad de conducir el destino de la humanidad.